El cielo estaba despejado. No había
nubes. Solamente una motita blanca en medio de un inmenso azul claro.
Los rayos del sol me obligaban a poner la mano a modo de visera.
Ese día me había puesto un vestido
color rosa palo en honor a la abuela, con los bordes en violeta, un
lazo en la cintura y sin zapatos, como siempre.
No me recogí el pelo, prefería que el
viento lo alborotara y jugara con él. Aquella sensación me
encantaba.
Seguidamente
saqué la manta y la extendí en el suelo, cubriéndola con todo tipo
de frutas,panes y mermeladas.
La colina al oeste del viejo bosque de
Glasgow era mi lugar favorito, donde el único ruido era el de los
pequeños pajaritos que surcaban la zona o el silbido lejano del
viento en épocas de otoño.
Descubrí este lugar con mi mejor amiga
Alice, un día decidimos hacer una excursión por el bosque, por
aquel entonces eramos unas niñas y solamente queríamos jugar, pero
pasamos un largo rato en la colina, nada más verla supimos que ese
iba a ser nuestro lugar secreto.
Al día siguiente hicimos una merienda,
la misma manta de corazones de colores y los mismos platos de
plástico.
Alice y yo empezamos a jugar con la
comida, yo manchaba su nariz con mermelada de fresa y ella a la mía
con la mantequilla. Acabamos tan manchadas que tuvimos que buscar un
lago donde poder lavarnos la cara.
A pocos metros de la colina encontramos
una especie de lagito, mas parecido a un charco grande formado por la
lluvia, lo cual era imposible ya que en Glasgow nunca llovia a no ser
que fuera una tormenta de verano, y estabamos en primavera.
Entonces la empujé a modo de broma.
Alice perdió el equilibrio y calló al
agua.
Yo me reia estrepitosamente hasta que
me di cuenta de que Alice no salía del agua.
Comencé a llamarla, preocupada,
deseando que fuera una broma para devolverme el empujón.
Pero no fue así.
Alice se habia golpeado la cabeza con
una roca y había muerto en el acto.
Mi mejor amiga murió por mi culpa.
-¿Alice te gusta la merienda que e
preparado?
El viento removió una vez mas mi
melena rubia, como si Alice estuviera ahí,conmigo.
-Lo siento.
Y sé que mis disculpas se las llevó
el viento, deseando que ella, estuviera donde estuviera me escuchase.
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