Y esos deseos irremediables de palpar con mis dedos tu
ausencia. Ausencia es lo único que queda de ti. Un hueco vacío y carente de
calor humano al otro lado de mi cama, un ligero olor a amor y a besos, abrazos,
roces con los pies, sonrisas fugaces. Ya no queda nada más que el recuerdo de
mis dedos enmarcando tu hombro firme y tu rostro aniñado, tostado de pecas. Una
canción encabezada por dulces violines y finalizada con estridentes guitarras. Sólo
queda el recuerdo de unas cuantas palabras bonitas y otras tantas de cariño y
afecto. Ya no queda nada, y tan sólo queda un poco, pero queda algo, de nuestro
amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario