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domingo, 27 de mayo de 2012

CAPÍTULO 2:



Seis de la mañana. Tiene que madrugar, sino no podrá ir al bar de Marco aunque sean solo cinco minutos. Aún esta metida en la cama, hace demasiado frio y no la apetece salir. Entonces piensa en aquel chico tan misterioso; siente un escalofrío y se levanta de golpe. Sale de la habitación y anda hasta la cocina, como siempre está sola. Pero su madre la ha dejado un perfecto desayuno en la mesa: tostadas con mermelada de fresa, un cola-cao y un zumo de naranja recién exprimido.

Después, cuando acaba todo, sube corriendo a  su habitación y se viste con lo que ya tenia preparado la noche anterior. Una blusa rosa palo, unos vaqueros, un par de botas marrones y su rebeca a juego. Baja las numerosas escaleras y llega a la entrada, coge el abrigo del perchero y con un adiós que se pierde entre el eco de la soledad se despide.

Mientras camina va escuchando su IPod y casi sin darse cuenta ya esta enfrente de la tiendecita. Se coloca la camisa y entra decidida.

-Buenos días - Dice toda sonriente.

-Pensaba que ya no venias – Su sonrisa no se puede comparar con al suya.

-Es que hacia frio, y no tenia muchas ganas de venir-¨ Pero claro pensé en ti y vine corriendo ¨ dice para sí misma.

-Bueno, ¿quieres algo de beber? Esto es un bar, por si no te acordabas.

-Es que…acabo de desayunar, pero ponme un café con leche – No se había dado  cuenta de ese pequeño detalle. No la apetece mucho tomar nada ahora, pero que se le va a hacer.

El café estaba delicioso, mientras le da el último sorbo mira a Marco. De pronto piensa en lo que pasó el día anterior y se sonroja. Otra vez va a quedar como una tonta. Hace que se le cae algo y se agacha, no quiere que la vea de esa manera.

-Mierda – Se maldice a si misma, ¿estará quedando peor así?

No tarda en descubrirlo, la cara de marco esta enfrente de la suya.

-¿Qué haces? – Dice riéndose.

-Nada…se me calló…..esto….es que….

- Estás roja ¿Te pasa algo? Si es por lo de ayer lo siento, no sé que me paso…no suelo ser así, créeme.

-No te preocupes ¿lo olvidamos?- ¿Qué? ¿Como va a olvidar aquel beso del chico más guapo del mundo? No deja de pensar en eso y no va a olvidarlo precisamente.

-Vale… - Dice algo decepcionado.

Entonces un chico de pelo algo cobrizo baja de unas escaleras que seguramente lleven al piso de arriba. También es muy guapo, y sus ojos color caramelo lo demuestran.

-¿Marco?

Los dos se levantan de golpe, no pueden evitar ponerse como un tomate, y Caitlyn más de lo que estaba.

-Hola Albert.

-Anda,  ¿No me presentas a tu nueva amiga?

- Me llamo Caitlyn, encantada- Se acerca y le da dos besos, lo suficiente para dejar que Albert perciba el olor de su perfume.

Albert es un galán, y desde luego no va a dejar que Marco se lleve esta encantadora señorita antes que él.

-Bueno me tengo que ir que llego tarde.

-Adiós Caitlyn, que tengas un buen día- Dice Marco.

-Adiós- Dice Albert, que seguidamente se agacha, toma su mano y la besa delicadamente.

No es que le caiga mal aquel chico, pero se huele por donde intenta ir. Mira la hora y hecha a correr, la caerá una buena bronca, pero merece la pena con tal de pasar a vele a él.



La mañana pasa lenta, pero el timbre anuncia el final que parecía tan lejano. Sale al pasillo y sin querer se tropieza, haciendo que su pila de apuntes se desperdigue por el suelo. Es una chica muy patosa y la suele pasar. Una chica se agacha y la ayuda, es María, su mejor amiga.

Ya la había contado lo de aquel bar la noche pasada por MSN  y la dijo que también la gustaría ir a aquel lugar. Alguna tarde irían juntas, un sábado seguramente, además María aria migas con Albert ya que  tienen el mismo instinto.

-¿Qué tal esta mañana? Seguro que tu romeo se ha alegrado de verte- Dice risueña.

-Bueno, me tomé un café y no hable mucho con el porque el otro empleado del bar, Albert, nos interrumpió.

-Que pena, sino….

-Sino nada María. Hemos acordado olvidarlo, no es que empezáramos con mal pie, pero no estuvo bien.

-Ya claro, seguramente te hallas pasado al noche entera pensando en él, te has enamorado perdidamente y lo sabes.

-Eso solo pasa en tus películas románticas, no todo es un cuento de hadas como tú crees. Casi no le conozco asique no.

-Cupido no entiende de eso mi Cait, ya verás como tengo razón.

Le da una palmadita en la espalda y se despide, el autobús a llegado y si espera un poco más lo perderá. Aquella chica siempre la había apoyado, y aunque discutan bastante, saben las dos que nada las va a separar.

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