Por fin era viernes y eso solo significaba una cosa: fin de las clases. El anterior día Catlyn no había ido al café-bar de Marco porque tenía un importante examen de literatura. Tenia muchas ganas de verlo, asique sobre las seis se pasaría por allí.
-Caitlyn, me
voy al trabajo.
-Vale, adiós
mama.
De nuevo
sola. No la importaba mucho porque ya se había acostumbrado a aquello, además
así tenía mas libertad de hacer lo que quisiera.
Pasado un
rato decide salir ya, no quiere perder más tiempo. Aquel chico la había dejado
en vela desde aquel beso, sentía algo inexplicable, no sabia si es que estaba
enamorada…..o era simple curiosidad. Esperaba la segunda opción, porque si no
María tendría razón y no habría quien la aguantase.
-¡Hola
Marco!
-Hola
Caitlyn ¿qué tal?
-Bien, ayer
no pude venir porque tenía mucho que estudiar.
-Bueno, por
esta vez te perdono.
Es un chico
encantador, la encanta venir a verle y tomarse un café mientras Roberto toca el
piano, era como viajar a los años 20 o algo así. Pero estaba claro que lo que
la encantaba era estar al lado de aquel chico, conocerle cada día un poco más.
-Un café con
leche ¿verdad?
-Por
supuesto- No puede evitar sonreír al mirarle.
-¿Hoy no
viene Roberto?
-Está
enfermo, pero si quieres toco yo.
-¿Tú? No
tenía ni idea de que tocaras el piano- Aquel chico era sorprendente.
-Hay muchas
cosas que no conoces de mí, como yo tampoco de ti.
-Pues
cuéntamelas.
-Pues tengo
23 años y mi nombre es Marco D' Luca, mi madre es Italiana y mi padre
español, pero el murió cuando yo era pequeño, además tengo una hermana. Toco el
piano y el violín, tampoco se me da mal el dibujo a óleo y me encanta componer
música. Trabajo aquí porque este bar era de mi padre, pero al fallecer lo
heredó mi madre, y Albert es… un amigo de mi hermana.
-Valla, no tenía idea de que tu padre murió…lo siento-
Quizás no tendría que haber preguntado nada.
-No pasa nada, hace años que lo superé. Bueno ¿tú no me vas
a contar cosas sobre ti?
-Bueno pues, me llamo Caitlyn García, mi madre y mi padre
son españoles pero vivieron gran parte en Londres, no tengo hermanos pero sí un
gato siamés. Me gusta leer libros de todo tipo, escuchar música y bailo ballet
desde pequeña. Ah y tengo 18 años y estoy en 2º de Bachillerato, quiero ser
escritora o periodista.
-¿Bailas ballet? Cualquiera lo diría, porque bailar en
pareja no se te da muy bien…- Dice riéndose.
-¡Idiota!- Intenta darle una colleja, pero este la esquiva
sin dificultad.
Empieza a correr detrás de ella, pero Caitlyn es más rápida,
intenta esquivarlo por las mesas, pero no surge efecto. Tras unos segundos, sin
querer se tropieza y se cae, pero Marco audaz la coge antes de que se estampe
contra el suelo. La coge por al cintura y aprieta dejándola sin respiración.
-¡Dejame!
-¿Te rindes?
-Sí, suéltame por favor- Dice agobiada.
-Esta bien…
Ella se gira y le mira
a los ojos, sin duda lo que siente por él es inexplicable. Le apetece
besarlo y no soltarle nunca más, pero hace solo una semana que se conocen, aunque al ir cada tarde y alguna vez por la mañana
ha hecho que tengan una gran amistad. Quizás él no sienta lo mismo, y no quiere
llevarse otro palo como la anterior vez.
Hace cinco meses, Caitlyn tenía un novio que la quería, todo
parecía perfecto, llevaban seis meses saliendo. Pero en los últimos días le
notaba raro, algo distante, ya no quedaban para salir por Madrid los dos como
antes. Conoció a una chica de su mismo instituto, quedaba con ella en secreto y
Caitlyn se sintió humillada. Estuvo meses deprimida, e incluso sus notas
bajaron. Desde entonces se prometió no caer en las redes de ningún chico.
Aunque siempre terminaba cayendo, como esta vez.
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