expr:class='"loading" + data:blog.mobileClass'>

domingo, 27 de mayo de 2012

La nada existe.


Me encontraba perdida en la nieve. No podía ver nada ya que mis ojos estaban llorosos, y había una densa niebla. No sabia donde estaba ni que hacer. El miedo me consumía poco a poco, hacia un fío helador y yo no llevaba nada más que una chaqueta rasgada.

Tras pasar un largo rato comencé a gritar desesperada, por si algún alma rondaba por allí.

Nada. Ni un murmullo, ni un voleteo, ni un aullido. Solo escuchaba el latir de mi corazón y mi respiración acelerada.

Jamás pensé que iba a llegar a este punto en el que me encontraría completamente sola de verdad. ¿ Es esto la nada?

Miro hacia el cielo, esperando que una voz, un angel, lo que sea, me responda y me saque de aquí.

Nada. Y para mi mayor sorpresa, un copo de nieve cae hasta mi mejilla, convirtiéndose en agua a causa de la fiebre.

Y allí estaba yo, sola en medio de ninguna parte, con una fuerte ventisca por delante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario