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sábado, 19 de enero de 2013

Canción de despedida.


Dicen que te fuiste a un lugar mejor. No sé si aquellas palabras serán verdad, o simplemente son una manera de tranquilizar a la gente. ¿Cielo o infierno? Quizás el infierno no sea tan malo, al menos se dice que hace calorcito, mientras no te abrases con las llamas no parece un mal lugar donde pasar el resto de la eternidad. No creo ni en dios, ni el karma, ni en buda. Pero eso no significa que no desee creer en ello. Es mejor vivir con la esperanza de que haya algo después a mentalizarte de que cuando te mueras te olvidaras de toda tu absurda existencia, te encerraran en una caja de madera y te echaran tierra a palazos, atrapado por el resto de lo infinito. Prefiero creerme mi propia mentira y pensar que estarás comiendo y bebiendo vino como un cerdo en la mesa del Gran Señor. Espero que no te hayas olvidado de mí, eso sí que no lo soportaría. Puede ser ahora mismo estas relatándole uno de nuestros muchos momentos juntos a un caballero de la Edad Media muerto en batalla por un hachazo. Él se estará riendo por la cantidad de sandeces y brujerías que dices, pensando que estás loco y tu, ajeno a ello seguirás y seguirás contando, intentando aferrarte a nuestros recuerdos sea como sea. Si no es nada de esto cierto espero que te hayan convertido en un precioso ángel de la guarda, a ser posible mío, que vengas todas las noches susurrarme que me quieres y a taparme con una manta porque me e quedado dormida en el sofá. Si tampoco es esto cierto quizás te hayas fundido con la naturaleza, el murmullo de un río, la suave brisa mañanera, la primera escarcha, el rocío de la mañana....que tu dulce olor se impregne en cada rincón del mundo, sí, eso sería maravilloso.
Sea donde sea que estés, no quiero olvidarte.
¿Por qué olvidar a las personas que se han ido, si son mucho mejores que las que aún siguen vivas?
Moriré con un retrato tuyo entre mis manos si hace falta. Me aferraré a tus recuerdos, a tu pelo despeinado, a tu sonrisa torcida, a tus ojos verdes, las suaves caricias en mi pelo, nuestros besos de despedida, nuestras vacaciones...
No, no digo que vaya a suicidarme, o que valla a vivir anclada en un pasado, que pasado está. Me refiero a que viviré todo aquello que no pude vivir contigo, que hare las cosas por y para ti, que te tendré en mi mente y mi corazón por siempre.
Y que decirte ya, solamente gracias, por lo que hiciste en un pasado, lo que hiciste en un presente, y lo que harás en un futuro.
Te quiero, aun qué nos separen fuerzas extrañas del universo.

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